Devoción de los tres Padrenuestros por las almas del purgatorio
Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad. Padre Nuestro
Salvador del Mundo, sálvanos, y a Ti, que con tu Cruz y tu sangre redimiste al Mundo, rogamos que nos asistas.
Primera Oración en honor de Jesús agonizante, para que ofrezca a su Padre el sudor de Sangre que derramó con tanta abundancia en el huerto de las Olivos por nuestros pecados.
Señor mío Jesucristo, por tu agonía Santa, y por la Oración en la cual rogaste por nosotros en el Huerto de Gethsemaní, cuando sudaste sangre que, con tanta abundancia, corrió por la tierra; te ruego que, por la muchedumbre de sudor sanguíneo que angustiado derramaste por nosotros pecadores, te dignes ofrecerla al Padre Eterno contra la muchedumbre de todos los pecados de tu siervo (o sierva N., y líbrale (o líbrala) en esta hora de todas las angustias y penas que por sus pecados teme que ha merecido; tú que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Segunda Oración en honor de todas las amarguras que sintió en la Cruz, especialmente en el momento de separarse el alma de su cuerpo, a fin de que las presente a su Padre en expiación de todas las penas que merecemos por nuestros pecados.
Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad. Padre Nuestro
Santifícanos, Señor, con la señal de la Santa Cruz, para que sea nuestra defensa contra las armas de nuestros enemigos, Defiéndenos Señor por tu Santa Cruz y por el precio de tu Sangre con que nos redimiste.
Tercera Oración en honor del amor inefable que hizo bajar a Jesús del cielo a la tierra y padecer tanto, a fin de que, en virtud de aquel amor, se digne salvarnos y abrirnos el cielo, que nuestra indignidad lo tendríamos para siempre cerrado.
Señor mío Jesucristo, que tuviste por bien morir por nosotros en una Cruz: Yo te pido que, por la amargura de todos tus trabajos que por nosotros, miserables pecadores, padeciste en la Cruz, principalmente cuando tu Santísima Alma salió de su cuerpo, te dignes ofrecerla a Dios Padre, Omnipotente, por el alma de este tu siervo (o sierva.) N., y líbrale (o líbrala), en esta hora de su muerte de todas las penas y trabajos que por sus pecados teme que las ha merecido. Tú que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad. Padre Nuestro
Ampara, salva, bendice y santifica Señor a este tu siervo N. y por la señal de la Santa Cruz, líbrale de las enfermedades del alma y del cuerpo, y contra esta señal ningún peligro prevalezca.
Señor mío Jesucristo, pues nos redimiste con tu preciosa sangre, escribe en el alma de este tu siervo (o de esta tu sierva) N., tus preciosas Llagas con tu Sangre, para que aprenda, a leer en ellas tu dolor contra todos los dolores y penas que por sus pecados teme que ha merecido. Imprímele tu amor, para que se una a Ti, y para, que nunca se pueda apartar de Ti y de todos tus escogidos. Hazla, Señor participante de tu Santa Encarnación, de tu amarga Pasión, de tu gloriosa Resurrección y de tu admirable Ascensión. Hazla Señor, participante de tus Santos Misterios y Sacramentos. Hazla, participante de todas las oraciones y beneficios que se hacen en tu Santa Iglesia, y hazla participante de todas las bendiciones, gracias, misterios y gozos de tus escogidos, que te agradaron desde el principio del Mundo; y concédele que con todos éstos en tu presencia, te goce eternamente. Tú que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CARIDAD
Yo os amo, Dios mío, con todo mi corazón y con todas mis fuerzas, porque Vos sois infinitamente bueno y digno de ser amado. Amo también Señor a mi prójimo como a mí mismo por amor vuestro.
Amén.
Salvador del Mundo, sálvanos, y a Ti, que con tu Cruz y tu sangre redimiste al Mundo, rogamos que nos asistas.
Primera Oración en honor de Jesús agonizante, para que ofrezca a su Padre el sudor de Sangre que derramó con tanta abundancia en el huerto de las Olivos por nuestros pecados.
Señor mío Jesucristo, por tu agonía Santa, y por la Oración en la cual rogaste por nosotros en el Huerto de Gethsemaní, cuando sudaste sangre que, con tanta abundancia, corrió por la tierra; te ruego que, por la muchedumbre de sudor sanguíneo que angustiado derramaste por nosotros pecadores, te dignes ofrecerla al Padre Eterno contra la muchedumbre de todos los pecados de tu siervo (o sierva N., y líbrale (o líbrala) en esta hora de todas las angustias y penas que por sus pecados teme que ha merecido; tú que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Segunda Oración en honor de todas las amarguras que sintió en la Cruz, especialmente en el momento de separarse el alma de su cuerpo, a fin de que las presente a su Padre en expiación de todas las penas que merecemos por nuestros pecados.
Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad. Padre Nuestro
Santifícanos, Señor, con la señal de la Santa Cruz, para que sea nuestra defensa contra las armas de nuestros enemigos, Defiéndenos Señor por tu Santa Cruz y por el precio de tu Sangre con que nos redimiste.
Tercera Oración en honor del amor inefable que hizo bajar a Jesús del cielo a la tierra y padecer tanto, a fin de que, en virtud de aquel amor, se digne salvarnos y abrirnos el cielo, que nuestra indignidad lo tendríamos para siempre cerrado.
Señor mío Jesucristo, que tuviste por bien morir por nosotros en una Cruz: Yo te pido que, por la amargura de todos tus trabajos que por nosotros, miserables pecadores, padeciste en la Cruz, principalmente cuando tu Santísima Alma salió de su cuerpo, te dignes ofrecerla a Dios Padre, Omnipotente, por el alma de este tu siervo (o sierva.) N., y líbrale (o líbrala), en esta hora de su muerte de todas las penas y trabajos que por sus pecados teme que las ha merecido. Tú que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad. Padre Nuestro
Ampara, salva, bendice y santifica Señor a este tu siervo N. y por la señal de la Santa Cruz, líbrale de las enfermedades del alma y del cuerpo, y contra esta señal ningún peligro prevalezca.
Señor mío Jesucristo, pues nos redimiste con tu preciosa sangre, escribe en el alma de este tu siervo (o de esta tu sierva) N., tus preciosas Llagas con tu Sangre, para que aprenda, a leer en ellas tu dolor contra todos los dolores y penas que por sus pecados teme que ha merecido. Imprímele tu amor, para que se una a Ti, y para, que nunca se pueda apartar de Ti y de todos tus escogidos. Hazla, Señor participante de tu Santa Encarnación, de tu amarga Pasión, de tu gloriosa Resurrección y de tu admirable Ascensión. Hazla Señor, participante de tus Santos Misterios y Sacramentos. Hazla, participante de todas las oraciones y beneficios que se hacen en tu Santa Iglesia, y hazla participante de todas las bendiciones, gracias, misterios y gozos de tus escogidos, que te agradaron desde el principio del Mundo; y concédele que con todos éstos en tu presencia, te goce eternamente. Tú que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo. Amén
ACTO DE CARIDAD
Yo os amo, Dios mío, con todo mi corazón y con todas mis fuerzas, porque Vos sois infinitamente bueno y digno de ser amado. Amo también Señor a mi prójimo como a mí mismo por amor vuestro.
Amén.
Fuente: oracionesydevocionescatolicas.com