Oración por los pecadores
Oh Dios de gran misericordia, que te dignaste enviarnos a tu Hijo Unigénito como el mayor testimonio de tu insondable amor y misericordia, tú no rechazas a los pecadores sino que también a ellos has abierto el tesoro de tu infinita misericordia, del que pueden recoger en abundancia tanto la justificación como toda santidad a la que un alma puede llegar. Padre de gran misericordia, deseo que todos los corazones se dirijan con confianza a tu infinita misericordia. Nadie podrá justificarse ante ti si no va acompañado por la insondable misericordia tuya. Cuando nos reveles el misterio de tu misericordia, la eternidad no bastará para agradecerte por ella debidamente.
Oh Jesús, qué pena me dan los pobres pecadores. Oh Jesús, concédeles el arrepentimiento y la contrición. Acuérdate de tu dolorosa pasión. Conozco tu infinita misericordia, no puedo soportar que perezca el alma que tanto te costó. Oh Jesús, dame las almas de los pecadores. Que tu misericordia descanse en ellas; quítame todo, pero dame las almas. Deseo convertirme en hostia expiatoria por los pecadores. Que el cuerpo esconda mi sacrificio, ya que tú también escondes tu santísimo Corazón en la Hostia, a pesar de ser una inmolación viva. Transfórmame en ti, oh Jesús, para que sea una víctima viva y agradable a ti. Deseo satisfacerte por los pecadores en cada momento (...) Oh Creador mío y Padre de gran misericordia, confío en ti porque eres la bondad misma. Amén.
Oh Jesús, qué pena me dan los pobres pecadores. Oh Jesús, concédeles el arrepentimiento y la contrición. Acuérdate de tu dolorosa pasión. Conozco tu infinita misericordia, no puedo soportar que perezca el alma que tanto te costó. Oh Jesús, dame las almas de los pecadores. Que tu misericordia descanse en ellas; quítame todo, pero dame las almas. Deseo convertirme en hostia expiatoria por los pecadores. Que el cuerpo esconda mi sacrificio, ya que tú también escondes tu santísimo Corazón en la Hostia, a pesar de ser una inmolación viva. Transfórmame en ti, oh Jesús, para que sea una víctima viva y agradable a ti. Deseo satisfacerte por los pecadores en cada momento (...) Oh Creador mío y Padre de gran misericordia, confío en ti porque eres la bondad misma. Amén.
Fuente: Santa Faustina Kowalska / divinamisericordia.org